Las ruedas son un componente esencial de cualquier vehículo, ya que suponen el único punto de contacto del mismo con la carretera y, por lo tanto, juegan un papel crucial en la seguridad y el rendimiento. Es por ello que desde Estación de Servicio Reyni afirmamos que una de las tareas de mantenimiento más sencillas y a la vez importantes es revisar regularmente la presión de los neumáticos.
¿Qué pasa si no reviso la presión de mis neumáticos?
Conducir con la presión incorrecta de los neumáticos tiene consecuencias negativas:
- Seguridad: Una presión deficiente perjudica la capacidad de frenado, la dirección y la estabilidad del vehículo, especialmente en condiciones climáticas adversas. Esto aumenta el riesgo de accidentes.
- Desgaste: Los neumáticos con baja presión se desgastan de manera desigual, disminuyendo así su vida útil y aumentando la necesidad de reemplazarlos con mayor frecuencia.
- Consumo de combustible: Los neumáticos con baja presión aumentan la resistencia a la rodadura, lo que significa que el motor necesita más fuerza para mover el vehículo. Esto se traduce en un mayor consumo de combustible y, por lo tanto, en un mayor gasto económico.
- Comodidad: La presión incorrecta puede afectar la comodidad de la conducción, haciendo que el vehículo se sienta más duro o más blando de lo normal.
¿Cómo revisar la presión de mis neumáticos?
Revisar la presión de los neumáticos es una tarea sencilla que se puede hacer en casa o en una estación de servicio como la nuestra ubicada en Dodro. Tan solo necesitarás un medidor de presión de neumáticos, que puedes comprar en cualquier tienda de repuestos de automóviles.
A continuación te contamos los pasos:
- Asegúrate de que los neumáticos estén fríos, es decir, que no hayas conducido durante al menos tres horas o que hayas conducido menos de 1,6 km.
- Retira la tapa de la válvula del neumático.
- Coloca el medidor de presión en la válvula y presiona firmemente.
- Lee la presión en el medidor.
- Compara la presión con la recomendada por el fabricante del vehículo, que se encuentra en el manual del propietario o en una etiqueta en la puerta del conductor.
- Si la presión es inferior a la recomendada, infla el neumático con un compresor de aire hasta alcanzar la presión correcta.
- Si la presión es superior a la recomendada, libera aire del neumático hasta alcanzar la presión correcta.
- Vuelve a colocar la tapa de la válvula.
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